Hemos llegado a este campamento base, ilusionados por el tramo de montaña recorrido y con la jocosa sensación de que, en la frutería, todavía dicen aquello de: "- ¡Le toca a este muchacho!"
Soy cofrade por necesidad, ¡basicamente! Comulgo con cada tendencia de vida que se pone en fila para recibir el Pan de la Vida y la Razón que trasciende, ¡y me alegro de que existan esas tendencias, pues también lo es la mía propia, y no comprendería que nadie pretendiera hacerme asumir algo que no fuera fiel a los principios que comprendo como más necesarios! ¡Comulgar con ruedas de molino, básicamente!
Venimos andando, hablando, compartiendo, discutiendo, dialogando, acordando y desacordando... ¡y todo esto es lo que hace grande el camino!
Hemos vivido un nuevo episodio de nuestra vida en Hermandad ¡Habia que ser atrevidos! Dar el paso y ofrecerse, contribuir, colaborar, trabajar, pensar soluciones,... ¡buscarlas!
Voy a centrar estas letras en dos mujeres, hermanas mías en la Gloria, ¡cuyos hijas e hijos también lo son, tanto en mi Gloria como en mi Pasión! Quiero hablar de ellas porque han sacado la saya más hermosa para engalanar a nuestra ESPERANZA PEREGRINA que bendice esas veredas recibidas en herencia.
¡En el Camarín de NUESTRA MADRE DEL CIELO se llora siempre, porque son muchísimas las almas prendidas alrededor de esa ESTRELLA NUESTRA! Son las almas de aquellos que nos enseñaron a quererla. ¡Nunca se llora con más verdad que ante aquella FUENTE DE SALUD Y VIDA!
Y es en ese Camarín, en ese encuentro sincero, en esa verdad absoluta, donde surgen las promesas que se han de cumplir, los compromisos que nos cambian la vida.
¡Así lo sintieron Manoli Díaz y Luisa María Guerrero!
He compartido con ellas vivencias de esta FE NUESTRA que nos hace tener en el corazón una PEQUEÑA ERMITA desde la que siempre nos habla y nos cuida NUESTRA VIRGEN DE LA CABEZA.
¡Y, por si en poco se tuviera esta forma de vivir, he disfrutado del orgullo de compartir con sus hijas e hijos esta misma Pasión y Gloria por SEGUIR FIELES A LA VERDAD EN LA QUE NOS EDUCARON LOS NUESTROS!
Me inspira una admiración profunda, un respeto inmenso, un orgullo de compartir vida en HERMANDAD, un compromiso por seguir fieles al ejemplo de ESA MADRE QUE SIEMPRE MIRA HACIA EL CIELO!
Desde que apareció nuestro nombre ligado al de nuestra SECULAR COFRADÍA en las formas y maneras más diversas; desde que nos enseñaron a hacernos la señal de la Cruz sobre la frente, la boca y el pecho ante un Sagrario y frente a esas Imágenes Vicarias de la absoluta RAZÓN retratadas por el Arte; desde que nos ciñeron la primera pañoleta a la cintura de la calzona del traje de "curro" o le pintaron el primer lunar junto a la comisura del labio a las hijas de esta tierra Peregrina; desde que nuestros padres y madres nos abrazaron y nos apretaron sobre su pecho señalándonos a la VIRGEN REINA, en el Camarín o sobre sus Andas, y nos dijeron:
- "¡Mira, hijo mío, a la VIRGEN! ¡Pídele por todos siempre! ¡Y no te olvides de gritarle GUAPA y de arrojarle MIL BESOS!"
¡Desde que nacimos hemos sido DE ELLA, POR ELLA Y PARA ELLA, porque así nos lo enseñó EL AUTOR DE ESTA VIDA QUE VIVIMOS, que se hace un Chiquillo para vivir en brazos de esa MADRE DE TODOS.
Manoli y Luisa María: ¡gracias por dar el paso, por ofrecer lo que sois para poner de nuevo en marcha a nuestra REAL E ILUSTRE COFRADÍA MATRIZ DE LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LA CABEZA!
Aquí estamos para caminar juntos, porque lo dicho por unos y por otros es siempre un mismo y único mensaje, donde lo más importarte es PERMANECER UNIDOS A ELLA PARA VIVIR EN HERMANDAD NUESTROS DÍAS!
¿SE LE PUEDEN DAR MÁS GRACIAS A DIOS DESPUÉS DE QUE NOS HAYA CONCEDIDO EL DON DE VIVIR TAN CERCA DE ESTE CIELO POSADO SOBRE LA TIERRA?
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