lunes, 26 de septiembre de 2016

¡DEVOCIONES EN PERMANENTE VÍSPERA!


¡Es algo que sientes, que notas en la yema de los dedos, pues tienes la certeza de que llegarás a tocarlo!
 
Es una espera imprecisa, un traqueteo de vagones que vuelve, una y otra vez, a tomar la misma curva.
 
Es una oración cotidiana, una cruz sobre la frente, la boca y el pecho acompañada de un "Padre nuestro", un "Ave María" y un "Gloria" que sabe a Marcha real frente a las puertas de sus templos.
 
Es la suma exacta de los tiempos. Devociones recibidas de nuestros ancestros, continuadas en el tiempo. 


 
¡Y acariciar de nuevo sus manos con una letanía de besos es algo que le debemos a cuantos nos precedieron en este fecundo camino de la Fe hecha Arte, de la pasión por cuanto es bueno y bello; de dar el más noble fin a esos sentimientos que se vivieron de forma tan intensa antes de que nosotros naciéramos.

 
¡Quizás ya ha llegado la consumación de una nueva Víspera!

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