martes, 17 de julio de 2018

“ES POR TI QUE VEO RÍOS DONDE SÓLO HAY ASFALTO”



Carmen de Santiago es una Reina-Niña... ¡y una niña con los ojos luminosos como dos estrellas guadalquivireñas!

Carmen de Santiago es Madre de Dios y nuestra, con ese pelo castaño suyo, de mujer andaluza y hebrea, recogido bajo los pliegues del manto y con la carita más hermosa que saluda al Sol cada vez que se asoma a despertar del sueño a los moradores de este pueblo entre el río y la Sierra.



En la calle San Lázaro de mi pueblo, la Reina del Mar tiene una basílica de altarcitos recreados por maestras y familias carmelitas que construyen para la Virgen chiquita de La Lagunilla una pequeña Catequesis plástica con todo el arte que le cabe a las gentes educadas y con enjundia.

Mi seño "Marí Jose" no es sólo maestra: ¡es ejemplo de VIDA CRISTIANA! ¡No hay elemento en su retablo que no guarde un significado pleno y vitalista!







El retablo de la casa Ruiz Morcillo es una verdadera "mesa de reglas" para la Cofradía Carmelita, ante el que, cada año, formula una petición que conquista el alma y el sentido de un nuevo pregonero para la Virgen vestida con el hábito de la Orden de San Elías.



En este año 2018, hemos podido disfrutar del “Altozano Peñuelas” como puerto de ida y vuelta para el transitar de la Reina navegante entre olivos. ¡No ha podido ser más acertado el cambio de bitácora!

Y es que, a la calle “Villanueva”, le ha venido la singladura de Nuestra Señora del Carmen entre sus orillas como oro en paño. Ese codo de calle, esa correcta estrechura que abraza y abarca sentires carmelitas, esa luz de la tarde-noche estival que se queda atrapada entre la aureola de destellos y estrellas que envuelven a Nuestra Señora es la más bella definición de lo que significa buscar los lugares precisos en los momentos adecuados para el transitar de una cofradía.


Años de esfuerzo, de atención al detalle, de dar un paso más al frente, de atraer hacia sí a tantas generaciones de devotos de todas las edades y condición,… ¡tanto trabajo bien aprovechado!

¡Enhorabuena a toda la Cofradía que, junto con la recordada Hermandad de Santiago, ha mantenido en píe la iglesia de Cristo en La Lagunilla!


El paso procesional de Nuestra Señora del Carmen de la feligresía de Santiago/San Eufrasio/Vegas de Triana (¿qué otra pedanía andujareña si no para caminar junto a la Reina Marinera?) se ve colmado de bordados, gracias a la generosidad de maesa Mercedes, de cera fundida sobre el metal labrado, gracias al trabajo descomunal de una cofradía siempre palpitante, de piezas de plata jugando a ser luna y de ángeles argentíferos soñando ser costaleros de la mejor de las Madres.

¡Y ese paso del Carmen de Santiago anda por mayores gracias al compás de los irreductibles músicos isturgitanos de “Maestro Amador”!




Nuestras hermandades de Gloria son siempre leal compaña participandos sus corporaciones representativas en sus distintas procesiones.

A las hermandades letíficas hay que sumarles, en los últimos años, la presencia en los distintos cortejos letíficos y patronales de las cofradías de la Soledad, Jesús Nazareno y Cristo Resucitado.




¡No hay hogar sin una memoria para la Virgen del Carmen! En el nombre de un familiar, en un escapulario guardado junto a la cabecera, en un azulejo, en un cuadro, en una fotografía, en una estampa devocional, en un manojito de jazmín sobre la cómoda, en un “Ave María” rezado a Ella al comenzar o terminar el día…  Es ésta la Advocación a la Madre de Dios más extendida a lo largo y ancho del orbe cristiano. 



¡Por eso es que nuestra Andújar cristiana tiene en Ella un espejo para contemplar los dictados de Dios! ¡Por eso es que le rezan los niños cogidos de la mano de sus abuelas! ¡Por eso navegan por la Virgen con la piel de canela y jazmín costaleros llegados a su encuentro desde las cuadrillas más fraguadas que pasean a Cristo y a nuestra bendita Madre Dolorosa en las horas más bellas de la Primavera!


¡Hay un martillo que debería haber llamado siguiendo sus dictados! ¡Pero, con creces, maneja aquellos llamadores que ya son parte de su historia y de su legado cofradiero!

¡Yo creo que no lleva sólo esta vida!... creo que la huella de heroicas cuadrillas costaleras habitan y colman los días de su existencia hasta convertirle en uno de los más capacitados capataces que se pueda encontar en esta Tierra nuestra cofradiera.

Su medida es la justa, pues le buscan y acuden a su condición de manijero de costales desde los más diversos puntos de la geografía. ¡Y eso demuestra que no se equivoca!

Su voz es antigua, que aún se quiebra con la briega, sonando, si cabe, más secular y más sabia a cada llamada que formula.

Su vida le ha llevado de un lado para otro, a aprender de los reveses y a degustar cada paso dado junto a los hermanos que trabajan a su servicio para llevar a Dios y a su Madre al encuentro con los suyos, ¡pues no es otro el fin que persigue el maestro!

A maese Rafael Mondéjar Expósito le quiso la Virgen del Carmen de Santiago a su servicio, ¡y ahí permanece, firme junto a su Madre del Cielo, EL CAPATAZ DE LA PLATA Y LA LUZ!

Lo que ahora te diga, maese Rafael, se me queda en poco ¡Gracias por tan bendito deseo como el expresado y que así mismo ocurra con el don que Dios os concedió a tu esposa y a ti!


La cuadrilla que maese Rafa Mondéjar iguala bajo las trabajaderas de “La Marinera entre olivos”, tiene un valor, en lingotes de fe y amistad, incalculable tan siquiera por el más docto de los peritos tasadores.

¡Ahí no trabajan costaleros!... ¡AHÍ SE IGUALAN HERMANOS!

Se ve en el andar, en la imperceptible mecida, en la levedad del giro, en la eterna caricia que cada paso imprime en la bella presencia de la Reina-Niña, haciendo que cobre vida gracias al AMOR Y A LA PASIÓN DE ESTA CUADRILLA DE ARTISTAS!




¡NO ME QUEDA MÁS QUE DESEAR QUE NUNCA SE PIERDA ESTE ARREBOL DE AMOR EN EL CORAZÓN CRISTIANO DE LA LAGUNILLA!

¡GRACIAS POR MANTENERLA A ELLA SIEMPRE LATENTE EN NUESTRAS VIDAS!

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