martes, 19 de marzo de 2013

LA SAGRADA FAMILIA


Pues, me ha renacido el amor por lo mío gracias a Francisco I el Joven y sus cosas. Yo también debo mi educación al carisma Jesuita.

Como antiguo alumno de la SAFA más inmensa que se haya conocido sobre esta tierra, los matices de mi educación están más sujetos a nombres propios que a asignaturas... ¡Espera! Mientras escribo, recuerdo las tardes de colegio, los mapas conceptuales y esquemas de llaves de Sociales, las clases de Inglés con Don Miguel, el dibujo de don Francisco Menor Arenas y la lectura del Quijote que nos hizo su sobrino una temporada que don Francisco no pudo acudir a clase... y doña Ramona: la presencia constante, el olor a goma que no me ha abandonado en todas estas décadas, el sonido de las tapas de los pupitres de madera, el vaso de leche sin azúcar en la puerta del final del ala de Pre-escolar, el cambio a tercer Ciclo y el descubrimiento de los tres campos de fútbol y del aljibe al que corríamos de la mano de Pajares y al viejo árbol con sus raíces rodeadas de un podium de piedra donde jugábamos al voley con las pelotas hechas de "papel de plata" de los bocadillos...

Y las Vísperas de la Semana Santa, con la Pasión seguida a través de las diapositivas proyectadas por el Padre Fuentes, donde aprendimos el sentido de la sangre derramada por Cristo entre las pinceladas de Rubens, de Tiépolo o de Caravaggio.

Soy alumno de la SAFA; es verdad, esa huella permanece. Me hizo como soy. Los Padres Jesuitas que han pasado por Andújar dejaron en nosotros un haz de luz que sigue guiando nuestra senda (¿os acordáis del "Senda", de Lectura?) por este transcurso de los días.

Felices Vísperas, cofrades.

1 comentario:

  1. Me consta que es asi..le tengo a este Carisma de Ignacio de Loyola un cariño muy especial.
    El Papa Francisco una Gracia eh?...
    Y bueno...me haces recordar a mi pueblo entrañablemente....un abrazo

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