Ella fue la que me acompañó en los comienzos de este año 2012, de la manera que aquí os muestro. La fotografía que reproduzco es un recordatorio, una felicitación de Año nuevo, que me hacía llegar mi amigo Rafael Blanco y que guardo en mi cartera junto a los rostros de Dios y de su bendita Madre a los que me dirijo en mis cuitas y en mis glorias.
Ella, Nuestra Señora de los Dolores, es quien da vida a su barrio y lo mantiene. Lo que ocurre es que muchos no lo saben. Dolores de Capuchinos es una Reina que lleva entre nosotros muchísimas tardes de Salves y Rosario. Así lo saben sus hijos y así lo sienten sus fieles cofrades.
Yo os confieso que, desde antiguo, le tengo ese amor próximo que sentimos los cofrades por todo lo nuestro. Ella es la Madre que siempre me miró desde su altar, aunque yo no prestara especial atención a sus palabras.
Sería la intervención del maestro imaginero Salvador Madroñal, junto a todo el amor y el acierto empleado en su ajuar por parte de sus vestidores y camaristas, la que ha hecho que mi atención se centre, con mas detenimiento, en esos detalles que sustentan las meditaciones cofradieras.
Sería la intervención del maestro imaginero Salvador Madroñal, junto a todo el amor y el acierto empleado en su ajuar por parte de sus vestidores y camaristas, la que ha hecho que mi atención se centre, con mas detenimiento, en esos detalles que sustentan las meditaciones cofradieras.
Ya durante el Pregón de Semana Santa de 2007, Ella exigió la oración, hecha jaculatoria lauretana, de sus Dolores y de sus gozos Pastoreños.
Ahora, a través de su ejemplo (fiel siempre a los tiempos litúrgicos), nuestra Madre de Capuchinos viene acortando las tardes que nos acercan al Triduo Pascual. Y así ocurre que, acudir a su encuentro, minutos antes del comienzo de la Santa Misa, me es un tiempo muy querido y preciso.
Que su luz -que da fe a todo un barrio-, que ese caudal de oraciones que nos llegan desde la puerta oriental de la ciudad, guarden plenamente nuestras almas para que seamos fieles custodios de nuestra Madre buena, de la misma forma en que lo son esos dos dragones que orlan su manto, aquellos que parecen escapados de un zócalo iliturgitano de soberbia cerámica.
Nuestra Señora de los Dolores vestida de hebrea para la Cuaresma de 2012
(Fotografía: http://oracionhuertoandujar.blogspot.com/)
Se de qué nos hablas amigo, es un sentimiento muy especial. A mi me ocurre, sin saber por qué sientes eso tan difícil de explicar. No cambiaría nada por ese sentimiento. Preciosa entrada Manuel. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea. http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
ResponderEliminarQue profunda admiración siento por esta Imagen. Me he criado en este barrio, en él se forjó mis sentires, cuantas veces he cruzado (y sigo haciéndolo) ese arco donde no hace mucho fue testigo del paso de nuestra Virgen Morenita para estar durante una noche en el mismo templo que la magistral talla de los Dolores. Cuanto recuerdo, cuanto sentimiento, cuanto amor en mi barrio.
ResponderEliminarQue fotografía más preciosa y que entrada tan sublime, me alimenta el alma de verdades y nostalgia.
Enhorabuena Manuel y un fuerte abrazo.
Manuel, felicitar el Año Nuevo con lo que cada uno mas aprecia es realmente una gran felicidad,y además entregarlo a personas que aprecian tanto la imagen como el hecho. Se que tus comienzos fueron de ella, que tu juventud tambien, y que alla donde vayas la tendras a ella, incluso por duplicado. Porqué los Dolores de Maria te persiguen?, tus dos Virgenes de los Dolores son las que te custodian. Gracias Manuel
ResponderEliminarbuenos dias, soi un hermano de la archicofradia, y agradezco tus palabras sobre la misma, pero la foto no se merece ser pueblicada, ya ke como tu mismo dices es un regalo personal de un hermano nuestro, y no se de debe divulgar estas sin estar nuestra madre y señora CORONADA, no se ve digna como ella nuestra madre se merece. un saludo
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