lunes, 13 de abril de 2015

"SIEMPRE LA CLARIDAD VIENE DEL CIELO"

 
Con la voz del poeta comenzamos. Al verso del hacedor zamorano Claudio Rodríguez se le enredan las hilanderas trenzadas por las colas de los cohetes sobre el abrileño tapiz celeste que crea Andújar entre sus moharras, sus cintas y sus bordados de seda y sueño.
 
Y la claridad que  nos llega es reconocimiento al trabajo y al deber cumplido. Porque una Hermandad se echa a la calle para Proclamar su Camino, para tremolar Bienaventuranzas entre quienes más lo necesitan, para ser centro de una ciudad que es Peregrina por don, por heráldica, por promesa y por entrega.

 
Hay un mundo nuevo que  nos llega y que se asienta sobre la cuna de los sentires ya crecidos; vienen al amor de su costumbre, a la querencia de su tradición, a la defensa de sus valores, a la vivificación de una forma de ser, ¡a vivir su Fe!



 
En un retruécano de baquetas sobre parches tiernos con los que se trueca el duelo y se quiebra la ausencia en certeza de "vereas" por seguir. Tornan las aceras y los altozanos a retumbar bajo la planta de los paseantes, que sonríen y respiran ufanos al ver que la ciudad exige la pervivencia de su ser, de su sonar, de su trueno de tormenta abrileña bajo un cielo abierto de par en par, para que Ella contemple los desvelos de su pueblo por saber ya cercana la hora de tenerla y de mimarla y de decirle piropos y lanzar a los cielos plegarias de seda, bordadas sobre damascos y gargantas que le rezan, musitándole ese amor palpitante de una Andújar cofrade y romera.




Y el maestro Ernesto Gómez, director que siente a su Andújar y nos la hace sentir enhebrada, entre partituras abrileñas, en ese ser iliturgitano de los corazones que dan vida a nuestra Banda de Música "Maestro Amador", quienes pueblan la ciudad de su compás vital, de los sonidos que le son más propios, de las melodías que nos cantaban en la cuna nuestras abuelas, para que así durmiéramos protegidos por la cercanía de nuestra Madre y Dueña: ¡nuestra Virgen de la Cabeza!







 
Y del cielo a la tierra, van tejiendo un mantoncillo de encaje y arte, esas manos que bailan y pueblan las primeras "clareás" de la Primavera. Se forma en cualquier altozanillo un revuelo de sevillanas y sonrisas y voces abrileñas y quiebros de una luz que también juega a bailar y dejarse querer, porque así lo quiere nuestra gente.
 
Son los preámbulos de los días grandes, es el encuentro con la Andújar que creció bailando Sevillanas en la Plaza del "Mercao", es el arte confitado de dulzura, de miel de la Sierra, de olor a tomillo y romero. Y suben al Cielo manos blancas de jara y clavellina primera; ¡es la "Hermana Mayor"! y ese revuelo de mujeres andujareñas la que alcanza el honor de gozar de este apelativo, que hay que saber ganárselo queriendo a la Virgen de veras, viniendo de frente, amando con el corazón sincero. Una vez más, gozamos de una "Hermana Mayor" que emociona al pueblo porque ven en su alegría espejo de una verdad magnífica: y es que la Virgen llena por completo la vida de una familia andujareña. 
 
 
Todo es un esfuerzo que aúna, que demuestra que juntos somos verdaderos, que busca llegar al encuentro de lo que fuimos sin perder la seguridad que ahora tenemos. ¡Es tiempo para el gozo de la Vida, es momento para sentirnos enamorados de lo que es más nuestro, es el encuentro con la Madre que nos aguarda en la Sierra, es la Claridad, que siempre viene del Cielo!

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