Es la clausura perfecta para el mes del Santo Rosario, y el prólogo más elegante para el Día de los Fieles Difuntos, para cuya jornada, nuestras Dolorosas andujareñas vestirán su terno de duelo, tal y como nos enseñó la tradición.
Junto a la Virgen de los Toreros andujareña navegamos bajo las naves del soberbio templo que la acoge y al que Ella anima con su dulce presencia, guardándonos bajo su manto de Esperanza.
Su vestidor y su camarista nos ofrecen cerca de un siglo de historia familiar a través de cada encaje que embellece el perfil de la Madre de Cristo Providente.
La Cofradía que le rinde culto la llevó, con una dulce mecida, por entre los pilares renacentistas, y la Virgen pareció añorar el vaivén de sus varales y la plegaria de sus bambalinas.
Dios, sobre todas las cosas, hace que los días de Vísperas en Andújar tengan este sabor y esta presencia cercana.
Gracias a toda la Hermandad por acercarnos, un octubre más, a Nuestra Madre y Señora de la Esperanza.
¡Y que viva la Madre de Dios!
Como bien dices Manuel es un mes donde las Dolorosas se visten de luto. A mi particularmente, me gusta mucho verlas así, algunas están preciosas. Como siempre amigo, una gran entrada. ¡Y que viva la Madre de Dios!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/