miércoles, 16 de marzo de 2011

TERNO CANÓNICO

Tiene nuestro mundo cofrade una simiente que plantaron nuestros mayores al amor de siglos de devoción y formas de expresar el arte.

Canon 1º: El paño que cubre el cabello de las mujeres casadas en Palestina, se entiende en nuestra tierra como un diálogo de alfileres ocultos entre los pliegues de los tejidos más diversos que soñarse pudieran. El cuello y el rostro de Nuestra Señora se convierte así en una meta cercana, alcanzable al primer vistazo, remarcada por la luz acrisolada de años de un tocado finísimo en su disposición y en su hechura.

 Canon 2º: Las caídas del manto son cuentas de un Rosario, meditadas y asumidas por el vestidor, que busca en todo momento la canónica medida.

 Canon 3º: la tela hebraica que enmarca el tocado y da forma al fajín, pretende recordar en sus tonalidades las que marca el Éxodo para el efod del sacerdote: lino torcido, azul, púrpura y carmesí

Así, en esta forma, se viste de hebrea una Reina para acompañar a su Hijo durante la celebración de su Quinario.

El canon no está escrito, pero queda profundamente marcado.

Ya sólo falta que haga su trabajo la luz de la cera.

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